Los nuevos 20’s
Cuando empezó el año creí que sería un nuevo comienzo. Era una nueva década, un nuevo ciclo, y estaba por emprender un viaje a la selva mexicana.
Compré una nueva libreta, la empaste a mano, la intervine para plasmar mi esencia en ella, agregué un poco de magia, y la lleve a viajar conmigo.
Visité ciudades, museos, árboles, cuevas, y vi aves volver a la selva a dormir. Nadé en un río salvaje, me aventé de cascadas, y encontré tierras surrealistas.
Un día volví a casa con Pichirilo y Pichicuaz. Como dije antes: nuevo ciclo, nuevas esperanzas, y nuevos planes. Pero ahí fue donde todo comenzó:
El fin del mundo.
Desde finales del año pasado se escuchaba en las noticias sobre aquel bicho chino. Supuestamente alguien se comió un murciélago enfermo o algo así, la verdad la historia no tiene mucho sentido.
A menos de un mes de haber vuelto, las personas comenzaron a ponerse en cuarentena voluntaria, luego se sumaron algunas empresas, y por último el gobierno comenzó con el protocolo ante la pandemia.
Los hospitales no daban abasto con todos los enfermos a causa del bicho. Mucha gente en todo el mundo murió por complicaciones cardíacas o respiratorias.
Durante todo el año hubo incendios, protestas, plagas, ignorancia, paranoia, corazones rotos, muchísima ansiedad, y muerte. Incluso durante un tiempo no había papel de baño en las tiendas, la gente literalmente se cagó de miedo.
Estoico y valeroso.
Después de eso creo que comencé a volverme loco, ermitaño, y espiritual. Claro sin creer esos cuentos absurdos sobre Dios.
Exploré la creación artística desde la naturaleza y la espiritualidad, lo que me llevó a descubrir la magia desde una perspectiva completamente diferente.
Mañana es el último día del año y aún sigo en aislamiento social. Supuestamente ya hay una vacuna, pero se aplicará por etapas, y todo esta situación podría extenderse otro año fácilmente.
Lo importante es que sobreviví…
La Inclusión Intolerante
La inclusión...